viernes, abril 06, 2007

PARIS: LAS TORRES EN LA MIRA

Diario CLARIN
RASCACIELOS EN FRANCIA
En París también se desató la pelea por las torres
En medio de una polémica comunal por las torres, Thom Mayne ganó el concurso para erigir una que rivaliza con la de Eiffel. Todos los proyectos en danza. Y los vaivenes de un conflicto que mezcla intereses arquitectónicos y económicos.

FREDERIC EDELMANN y EMMANUEL DE ROUX. De Le Monde.Las torres vuelven a aparecer de manera escandalosa en París, mejor dicho, en su periferia inmediata, aún cuando fueron condenadas por la mayoría del municipio liderado por Bertrand Delanoë (PS). El viernes 24 de noviembre, un jurado internacional eligió al ganador del concurso de arquitectura lanzado por el grupo hipotecario Unibail para la construcción de una nueva torre en la Défense (Hauts-de-Seine). El proyecto ganador, del norteamericano Thom Mayne, rivaliza con la torre de Eiffel por alcanzar los 300 metros de altura. Por otro lado, el edificio ofrece una superficie de cerca de 130.000 m2, casi la mitad del nuevo objetivo de 300.000 m2 definido por la EPAD (Establecimiento público para la habilitación de la Défense), cuya misión fue prolongada hasta el año 2010 y que aún preside el polémico derechista Nicolas Sarkozy. ste había anunciado el 25 de julio un plan de relanzamiento de la Défense. "No se trata solamente de evitar que se pierda terreno, también nos hace falta seguir siendo los primeros frente a proyectos como el de City Life, en Milán o de Moscú City o incluso otros polos terciarios que se están implementando rápidamente en Barcelona, Madrid o Amsterdam", había declarado el presidente del consejo general de Hauts-de-Seine. El plan también prevé la demolición y luego la reconstrucción de diecisiete edificios que suman 150.000 m2, con la posibilidad de aumentar sus superficies. Todos estos nuevos proyectos surgen de la ronda de consultas con un número muy restringido de arquitectos. A fines de octubre, el grupo de seguros Generali confió a la agencia francesa Valode et Pistre, (convertida en una de las más activas de Francia), una torre que también alcanzaría los 300 metros fatídicos (90.000 m2). Plantada en el eje principal de la Défense, su diseño será fácilmente reconocible: gótica con sus cinco picos "sueño de los alpinistas citadinos", ecologista-urbana cuando se la mira de cerca, francamente técnica en el detalle de su estructura, la construcción quizás evoque de modo no repetitivo los principios estructurales de las malogradas torres del World Trade Center. Valode et Pistre, quienes por otro lado construyen la torre de 185 metros llamada T1 cerca de la futura torre de Unibail de Mayne, no tenían más que 4 contrincantes. Entre ellos, Christian de Portzamparc, una de las estrellas de la arquitectura francesa, que ya está construyendo la torre llamada "Granite" para la Société Générale, un poco más hacia el oeste, detrás de l''Arche.El "barrio financiero" no es el único terreno parisino que se burla de la capital y sus inquietudes. En Boulogne-Billancourt, Jean Nouvel, quien concursaba también para la Torre Unibail, está encargado de erigir una torre de 88 metros en los antiguos terrenos de la firma Renault. Su diseño, que evoca una mesa alta transparente, hace pensar en un invernadero gigante, sobre un plano cuadrado con un techo a dos aguas. En Levallois, se ha lanzado la obra de dos torres. Clichy saca otra a concurso. Aubervilliers se prepara para seguir el movimiento. El municipio de Issy-les-Moulineaux prevé la construcción o la reconstrucción de cinco torres. Y su alcalde, André Santini (UDF), le habría dicho en junio a Delanoë, la siguiente frase alentadora: "Ya verás, tus amigos se van a poner tan celosos con mis torres que te dejarán construir algunas".En esta querella, se entremezclan los intereses arquitectónicos, económicos y financieros. Y no es fácil separarlos. Pero, lo que es seguro es que las torres se han convertido, para la población parisina, en la bestia que hay que atacar y, por otro lado, en el terror del equipo municipal de turno. En tanto, si los parisinos son tan hostiles con las torres, también es porque los modelos que vieron erigirse en el siglo XX fueron, desde el punto de vista arquitectónico y urbano, casi todos fracasos. Comenzando por la ingrata torre de Montparnasse, que se eleva 180 metros delante de la estación del mismo nombre.Estos fracasos tienen múltiples causas. Primero, son el resultado de una falla conceptual que no tienen, por ejemplo, los rascacielos estadounidenses. En Francia, y especialmente en París, las torres se construyen como objetos únicos en lugar de integrarse al urbanismo. El pie de estos verdaderos monumentos entonces se "vitrifica" y la vida urbana tiene gran dificultad de integrar la tierra de nadie, como se la ha definido. A veces están plantados sobre un sistema de losas que son aún más apremiantes, de seguridad incierta, como las construcciones mediocres del Front de Seine o las del barrio Nationale en París XIII, cuyo entorno se esfuerzan en renovar sin lograr cambiar su naturaleza.Como lo definían dos de los arquitectos más mediáticos de Francia, Patrick Bouchain y Rudy Ricciotti, "tanto el rechazo a las torres como el odio al cemento ocultan problemas más importantes en una ciudad como París: la densidad urbana y la gestión del patrimonio construido y de los espacios libres". El otro debate, que también tiene como centro a los edificios de gran altura, es acerca de la forma arquitectónica. Y enfrenta a los partidarios de una renovación creativa a imagen de las grandes capitales europeas (de Londres a Roma, de Madrid a Berlín y Bruselas) con los de un neoclasicismo "retro", en lo que sería la prolongación de los esquemas hausmanianos (de los cuales, los ecologistas resultan muy a menudo los héroes).El alcalde de París, tal vez sacudido por los argumentos de los profesionales, sobre todo el del arquitecto Yves Lion, se declara a favor con prudencia al principio de torres de poca altura linderas con la periferia. Pero debe componer con los Verdes su mayoría municipal. Una prueba permitirá medir su determinación de construir, o no, una torre sobre los terrenos del helipuerto de París que debe mudarse o restringir su perímetro. Pero, es cierto, está situado del otro lado del sagrado "Boulevard péripherique".

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