lunes, octubre 30, 2006

NOTA CLARIN

Clarín, 30 de Octubre de 2006.-
UN COSTADO NEGATIVO DEL AUGE DE LA CONSTRUCCION
No hay una ley que fije horarios para los ruidos de las obras
Las construcciones de edificios traen molestias desde las 7 de la mañana hasta la noche, incluso los fines de semana. Según vecinos de los barrios con más obras, como Palermo o Urquiza, es insoportable.

Pablo Novillo
pnovillo@clarin.com

El boom de la construcción en la Capital tiene un evidente lado positivo, el de la reactivación económica y la creación de empleos. Pero el crecimiento récord de las edificaciones también muestra un costado indeseable. Al riesgo de que colapsen los servicios públicos, por la mayor cantidad de gente que empieza a vivir en zonas con cloacas, luz, gas y agua para menos vecinos, se le agrega otro problema: los ruidos molestos. Muchos son los vecinos que protestan por las molestias que les producen las máquinas desde las primeras horas de la mañana, y que se encuentran con que no hay que una ley que establezca horarios para construir.El conflicto se da principalmente en aquellos barrios con más construcciones. Por ejemplo en Villa Urquiza: en las manzanas que rodean a la esquina de Juramento y Avalos hay al menos ocho obras en marcha. Daniel Pereira, encargado de un edificio en Bauness entre Juramento y Echeverría, contó: "El ruido es insoportable, sobre todo cuando prenden las máquinas para hacer el hormigón. Empiezan a las 7 de la mañana, y no paran hasta la noche. También trabajan los sábados y domingos. Además del ruido, olvidate de abrir las ventanas, porque el polvillo te inunda la casa".A pocos metros, Sergio Negri, un verdulero que hace 20 años trabaja en la zona, agregó: "Como me levanto temprano para ir al mercado, al mediodía dormía una siesta. Pero desde que empezó esto de la construcción no puedo dormir más".
La construcción en la Capital viene creciendo vertiginosamente desde que pasó la crisis. Sus estadísticas sorprenden mes a mes: según el Gobierno porteño, entre enero y agosto de este año otorgaron un 32,4% más de permisos de obra, para edificar un 42,7% más de metros cuadrados que en igual período de 2005. La mayoría de las edificaciones se concentra en Puerto Madero, Palermo, Villa Urquiza, Caballito, Belgrano y pocos barrios más.El problema es cuando la emisión de ruidos no está bien regulada. En la Justicia Contravencional, los CGP y la Defensoría del Pueblo confirmaron que no existe una regla que establezca claramente entre qué horas se puede construir, sobre todo los sábados, domingos y feriados.La gente, en general, no se queja formalmente. "No sirve para nada. Hasta que actúa alguien, la obra sigue avanzando y molestando", contó Julia Ventrice, una vecina de Urquiza. Para protestar hay dos caminos. El primero, denunciar los ruidos en el CGP. Allí, derivarán la denuncia al Ejecutivo, para que controle el cumplimiento de la ley Nº 1.540, que establece que no se pueden emitir más de 60 decibeles de día y 50 durante la noche.
El tema es que la inspección debe llegar justo en el momento en que se producen los ruidos. Entre julio y octubre, el Gobierno realizó 76 inspecciones, de las cuales 24 derivaron en multas.La otra opción, la más común, es llamar a la comisaría y denunciar los ruidos molestos. La policía debe enviar un patrullero al lugar para que cesen los ruidos, aunque en muchos casos derivan el reclamo al 0800-33-FISCAL, de la Justicia Contravencional. El artículo 82 del Código de Contravenciones dispone una multa de $ 600 a $ 10.000 al "titular de una explotación o actividad" que perturbe "el descanso o la tranquilidad pública mediante ruidos que por su volumen, reiteración o persistencia excedan la normal tolerancia".La solución más recomendada parece otra. "Como se trata de un problema netamente de vecindad, lo mejor es que el vecino y los constructores lleguen a un acuerdo, que la obra se realice en determinadas horas, sin perjudicar el descanso de la gente, y que el vecino lo tolere", explica Martín Lapadú, fiscal contravencional de la zona de Puerto Madero, la de más construcciones.
Mientras tanto, la gente no sabe bien qué hacer. "Arrancan a las 7 de la mañana, con los taladros y las mazas. Los vecinos discuten con los albañiles, y algunos hasta dicen que se quieren mudar a zonas más tranquilas", contó Juan Suárez, en Jorge Newbery al 1.600, corazón de Las Cañitas, uno de los barrios con más construcción. Otros vecinos, como los de SOS Caballito, ya se organizaron para frenar el avance de las torres, por los problemas de los ruidos, el colapso de los servicios públicos y la protección de la fisonomía clásica del barrio. "Todos los días tengo que gritarles a los albañiles para que corten el trabajo a las 19. Esta es una zona de casas bajas, así que parece que te estuvieran construyendo encima. Hay que llamar al patrullero. Está mal que la propia gente tenga que enfrentarse con los albañiles", afirmó Mario Oybin, de esa agrupación, que este viernes a las 17 organizará una manifestación en Colpayo y Felipe Vallese contra la construcción de tres torres de más de 30 pisos en una manzana.

No hay comentarios.: