martes, octubre 31, 2006

POCA PRESION DE AGUA POR AUMENTO DE POBLACION


Clarín, 26 de Septiembre de 2006.-

PROBLEMAS URBANOS : TESTIMONIO DE UN VECINO DE CABALLITO "Mirá el hilito de agua que tenemos para lavar los platos"

Pasa desde hace un año, según cuenta. Y lo atribuye a los nuevos edificios.
"Mirá el hilito que tenemos para lavar los platos", dice Mario Oybin, frente a una pila de tazas en la pileta de la cocina de su casa en Cucha Cucha al 900, Caballito Norte. "Hace un año esto no pasaba", asegura.María Cristina de La Torre, de Avellaneda al 400 tiene el reloj del agua caliente en la cabeza. "Y tipo las tres, cuatro de la tarde es la mejor hora para bañarnos. Lástima que trabajamos", cuenta en la puerta de la casa en la que nació hace 55 años. Y cierra: "Ni por asomo Caballito es lo que era".Lo que tampoco está como era antes es el sótano de su casa. "Mi marido tenía armado un estudio, pero ahora sólo lo usamos para guardar cosas pero a por lo menos un metro del piso", explica. En 2002 se inundó y de agua no demasiado clara: "Los caños cloacales no dieron abasto y se me llenó de agua servida. Lo limpié pero todavía queda olor a humedad. Tengo una demanda presentada , aún la Justicia no me dio la razón", contó.No es la única que recurrió a Tribunales en el barrio. Con un recurso de amparo, Oybin logró parar una obra al lado de su casa. "Nadie se opone al crecimiento, pero creemos que hay que planificar un poco". En los primeros seis meses de 2006 se aprobaron 106.356 metros cuadrados de nuevas construcciones en Caballito."Para hacerlas, tiran abajo casas que están perfectas —dice Ana, vecina de la calle García Lorca—. Yo me mudé acá de Barrio Norte para tener fondo y un poco de sol, pero ahora las torres me tapan la luz igual que cuando vivía allá". En mayo un grupo de vecinos se juntaron y formaron la Asociación SOS Caballito, para tratar que el barrio no pierda identidad. Según calculan, sólo en las manzanas que rodean al Cid Campeador hay por lo menos 30 edificios nuevos. Desde que empezaron a construirse la gente se queja de que hay menos agua y luz."Cuando fue el apagón de julio a esta zona fue a la última que le restablecieron el servicio. Ahora casi todas los días hay algún bajón de tensión. Incluso me pareció que el gas estuvo más bajo este invierno", reclama Ana.Detrás de la reja de la casa de su hija, sobre la calle Aranguren, Ernesto Gelemur invita a ver el patio. "Se mudaron acá para tener un poco de parque para mi nieta. Ahora la tiene que estar protegiendo de los cascotes que caen de la obra en construcción de al lado"."En los próximos años la población del barrio va a aumentar en un 10% -vaticina Oybin—. Qué va a pasar si hoy ya ni hay vacantes en los colegios. Ni siquiera se puede estacionar".

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