sábado, octubre 28, 2006

NOTA LA PRENSA

DIARIO LA PRENSA, Ediciónn Digital, 17 de Octubre de 2006.


Para este año se espera que se construyan 300 nuevos edificios, lo que traería a 12 mil familias a vivir en la zona: Caballito le tiene miedo a las torres

La infraestructura del barrio podría colapsar con los nuevos emprendimientos. Dos proyectos legislativos intentan revertir la situación.

Los nuevos edificios ya son una realidad que cambió el estilo barrial.
No es que queremos que el progreso no llegue a Caballito, sino que se haga de una forma organizada y con un planeamiento acorde con la emergencia ambiental que ya tenemos’’, señaló a La Prensa Gustavo Desplats, vecino y coordinador de la Protocomuna de Caballito. La entidad agrupa a distintas asociaciones barriales que desde hace ya un tiempo vienen solicitando al Gobierno de la Ciudad la suspensión de entrega de permisos de obra para la construcción de torres y edificios.Ataviados con barbijos y sosteniendo carteles que piden un ‘SOS Caballito’, el reclamo de los vecinos se sustenta en una cuestión que alarma a los habitantes de la zona. ‘‘Viven casi 30.000 personas por kilómetro cuadrado en este barrio y es la densidad de población más importante de la República Argentina. Esto es porque nos encontramos geográficamente en la mitad de la Ciudad, lo que estimula a la gente a querer vivir aquí por su ubicación’’, destacó Desplats.Muestra de este interés habitacional es que tan sólo en 2005 se autorizó la edificación de 148.000 metros cuadrados. Durante el primer semestre de 2006 ya fueron concedidos 106.000 metros cuadrados y se espera otra suma aún mayor para lo que queda del año.‘‘Esto significa que se está concentrando en una superficie que es el 3 por ciento de la Ciudad de Buenos Aires, el 10 por ciento de todo lo que se construye. Es algo totalmente desproporcionado para la infraestructura existente’’, señaló Desplats.Actualmente hay 100 edificios de 8 a 12 pisos en venta y 150 en construcción. Además, está todo preparado para construir 150 más. Es decir, al barrio se le sumarán los habitantes de los 400 edificios que se planea construir en los próximos 2 años.Por otra parte, si se calcula que de estos 400 edificios cada uno cuenta con 10 pisos aproximadamente, la cantidad de personas que pueden ir a vivir allí sería de 4.000. Y si a esto se le agrega que en cada piso haya dos o tres departamentos, la suma se incrementaría a un total de más de 12.000 familias. Una pequeña ciudad.SATURADOSegún lo que recuerdan los vecinos, siempre hubo problemas con los servicios. La red de cloacas fue realizada en 1911, es decir hace casi 100 años, cuando la zona estaba poblada por quintas y chacras. En la actualidad, con el rápido incremento de habitantes los servicios no dan abasto y ya en julio de este año dos cloacas colapsaron en Avellaneda al 700 y en Honorio Pueyrredón al 300. Ni hablar del tendido de líneas telefónicas, que se remonta al plan Megatel.La situación hizo que los propios vecinos presentaran un pedido al jefe de gobierno, Jorge Telerman, y a la Comisión de Planeamiento Urbano de la Legislatura porteña para que se hicieran estudios de impacto ambiental a fin de determinar la capacidad de las cloacas y los servicios de agua, gas y corriente eléctrica de la zona.‘‘Estamos creando dos ciudades en un mismo territorio. Una que va desde el suelo para arriba y la otra del suelo para abajo, de la que nadie sabe nada. Esto es porque nadie hizo un estudio en serio sobre el impacto ambiental y la red de cloacas y los efectos de todo esto en el suelo’’, destacó Desplats.La Constitución de la Ciudad Autónoma, en su artículo 29, definió el Plan Urbano Ambiental como el instrumento que debe regir las políticas urbanas, públicas y privadas. El plan, que no es un proyecto terminado sino que está sujeto a constantes cambios, fue concebido para sustentar un proceso de planificación y gestión permanente mediante el cual los vecinos, los profesionales y las entidades académicas pudieran participar.Con este fin, durante 2005 se puso en marcha el Foro Participativo Permanente, que tiene como objetivo principal formalizar el proceso de consultas, debate y formación de consenso sobre el Plan Urbano Ambiental.‘‘Estamos de acuerdo con la mayoría de los lineamientos que establece el Plan Urbano Ambiental presentado hace poco días en la Legislatura. Pero mucho de lo que se plantea en el texto, cuando esté aprobado ya la realidad va a ser otra. Necesitamos hoy imaginación y respuestas que sean imaginativas’’, expresó Desplats.
INICIATIVAS
En la Legislatura se presentaron dos proyectos que específicamente señalan a Caballito en estado de emergencia por los próximos 15 años y piden que se realicen las acciones necesarias para revertir la situación.‘‘Notamos que el barrio alcanzó una densidad superior a la permitida por el actual Código de Planeamiento Urbano. Es por ello que nuestra iniciativa apunta a preservar el patrimonio sociocultural e histórico característico de Caballito’’, expresó Juan Manuel Olmos, legislador por el Frente para la Victoria y actual vicepresidente de la Comisión de Planeamiento Urbano.‘‘Este proyecto del ley -agregó- propone cambiar el distrito de zonificación, lo cual significa que a partir de esta sanción se puede construir hasta nueve metros de altura, casi 3 pisos, en el polígono delimitado por las calles Boyacá, Carabobo, Directorio, José María Moreno, Angel Gallardo y Gaona.’’El Código de Planeamiento Urbano, que determina la regulación sobre la cantidad de metros cuadrados que pueden ser construidos en un barrio, continúa con el espíritu de la época de su creación, en 1976, cuando se permitió la edificación indiscriminada.Actualmente, cualquier intento por reformar este código llevaría entre un año y medio a dos años, debido a que es una ley denominada de doble lectura. ‘‘El artículo 90 dice que este procedimiento se inicia con un despacho previo de comisión que incluya el informe de los órganos involucrados. Luego sigue una aprobación inicial de la Legislatura y posteriormente se publica y se convoca a una audiencia pública. Esto debe ser dentro de los 30 días para que los vecinos o las entidades comunales que lo deseen presenten sus reclamos y observaciones. Finalmente, es la Legislatura la que tendrá una resolución definitiva sobre el asunto’’, dijo a La Prensa Sebastián Gramajo, legislador por FPV y también creador de un proyecto específico de emergencia para el barrio de Caballito.Allí, el legislador pidió que se aplique una restricción a las construcciones de más de 500 metros cuadrados construidos en una calle y de más de 1.000 en una avenida. De esta forma, podría analizarse con mayor detalle el impacto ambiental que tendrían en cada manzana.‘‘Es cuestión de plantearse qué modelo de ciudad se quiere en Buenos Aires y qué políticas a corto y largo plazo deben realizarse para mejorar. Hay una gran necesidad de viviendas en otros barrios porteños que deberían tener también un crecimiento necesario en infraestructura como el nuestro’’, enfatizó Desplats.

Mariana Badeni

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