viernes, marzo 09, 2007

LAS TORRES, UN CONTAMINANTE PRINCIPAL


Diario CLARIN, edición impresa, 9 de Marzo de 2007


LA BAJA DE LA CALIDAD AMBIENTAL EN BUENOS AIRES

Por los autos, ruidos y el smog, la Ciudad es cada vez más hostil
Es el efecto negativo del crecimiento económico. Hay más tránsito, construcciones y generación de basura. Estos problemas en el medio ambiente provocan consecuencias en la
salud de la población.

Pablo Novillo
pnovillo@clarin.com


El crecimiento económico que vive la Ciudad tiene, como todo cambio, dos aspectos. El positivo es la mejora promedio en los ingresos de los habitantes. El negativo, el deterioro de la calidad ambiental. Más tránsito, construcciones, ruidos y generación de basura: los especialistas en medio ambiente y urbanismo coinciden en que estos aspectos están haciendo que Buenos Aires se esté convirtiendo en un lugar más hostil para vivir.Los problemas en la calidad del ambiente no sólo causan mal humor: tienen efectos concretos en la salud. La contaminación aumenta el riesgo de sufrir cáncer, enfermedades cardiovasculares y respiratorias, problemas nerviosos y hasta de conducta. "La intoxicación en la primera infancia con plomo y otros elementos tiene muchas veces efectos irreversibles", señaló Jorge Herkovits, director del Instituto de Ciencias Ambientales y de la Salud. Un ejemplo: hace tres años, un estudio de especialistas del Hospital Argerich encontró que en el aire que se respira en el sur de la Ciudad hay unas 70 sustancias químicas tóxicas, muchas de ellas provenientes del Polo Petroquímico de Dock Sud. Un reciente trabajo del Programa de Biodiversidad Urbana de la Comuna identifica una señal del deterioro del medio ambiente: en la Ciudad hay cada vez menos mariposas.Ahora, ¿cuáles son los problemas? y ¿cómo solucionarlos? El principal factor contaminante parece ser el tránsito.

El urbanista Carlos Lebrero opinó: "Siempre es mejor controlar los factores negativos del desarrollo que pelear contra la pobreza. Hoy nos encontramos con que el tránsito es un gran contaminador. En primer lugar, el transporte público se ha deteriorado: a medida que lo mejoremos bajará la polución, y se reducirá el uso de autos. También es necesario renovar el parque automotor con autos de mejor tecnología. Y que el Estado promueva más la educación ambiental y mejores controles".
Un segundo factor de deterioro viene de la mano de otra actividad que explotó: la construcción. Para Herkovits, "no se puede priorizar la construcción sobre el medio ambiente ni al revés, deben ir de la mano. Es necesario que los edificios se hagan en zonas con infraestructura suficiente, y que se le dé vivienda a la gente más necesitada, que vive en muy precarias condiciones ambientales".El auge de la construcción tiene otro efecto. Al haber más cemento, aumenta la temperatura promedio. Algunos temen que, si se construyen muchos edificios altos en Puerto Madero y muy juntos entre sí, se termine formando una barrera contra el ingreso de la brisa del Río de la Plata al centro de la Capital.Por otra parte, la edificación más el tránsito provocan ruidos molestos. En varias esquinas de la Ciudad el promedio de decibeles es de 80, más de lo tolerable.Hay otros aspectos no directamente relacionados con el crecimiento y sí con la falta de previsión e inversiones y hasta con el cambio climático global. "Las lluvias serán más frecuentes y se agudizarán las inundaciones.

También es obsoleta la red de desagües cloacales. Y es necesario, como mínimo, dejar de ensuciar el Riachuelo", afirmó Herkovits.Otro factor a analizar es la basura. Más dinero implica más consumo y más producción de residuos. Este problema afecta más al GBA que a la Ciudad, que expulsa las 5.000 toneladas promedio de basura que produce por día a los rellenos sanitarios del Conurbano. Pero a los porteños les toca. "Además de la mugre en las calles, en el sur hay varios basurales a cielo abierto. Hacen falta políticas de reciclado y reducción de la cantidad de residuos", apuntó Juan Carlos Villalonga, de Greenpeace.A esto hay que sumar la notable carencia de pulmones verdes. Juan Comerio, de la Dirección porteña de Espacios Verdes, contó: "Lo ideal es tener 10 metros cuadrados por habitante, pero en Buenos Aires el promedio no llega a 3. En el Centro y otros lugares el promedio es 1,6 m2".En el Gobierno afirman que están tomando medidas. La recuperación de espacios verdes es una de ellas, al igual que la colocación de contenedores en los barrios para volcar la basura más ordenadamente. También hay intenciones, aún no concretadas, de restringir la circulación y el estacionamiento en el Centro.

La ampliación de la red de subtes es otra apuesta, junto con los mayores requisitos para autorizar construcciones, tras la reciente polémica por protestas vecinales.Una solución integral podría comenzar a encontrarse cuando la Legislatura trate el proyecto para sancionar el Plan Urbano Ambiental, la ley marco que definirá cómo debe ser la futura Ciudad, dónde se podrá construir, cómo se debe manejar el tránsito, y otros aspectos. Pero para que ese plan esté sancionado falta, como mínimo, un año de debates.


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