sábado, noviembre 18, 2006

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Diario LA RAZON, edición digital, 18 de Noviembre de 2006.-
LOS EFECTOS DEL POLEMICO BOOM DE LA CONSTRUCCIONDiez mil casas menos que hace cinco años.

En ese mismo período, en la Ciudad el número de departamentos pasó de 725 mil a 755 mil. Y no para de crecer. Mientras el Gobierno porteño define el Plan Urbano Ambiental, la mayoría de los permisos de obra nueva que se tramitan son para construir grandes torres.

MIENTRAS SE DEFINE UN MARCO LEGAL GLOBAL QUE ORDENE, CONTROLE Y PLANIFIQUE EL CRECIMIENTO, LA FISONOMIA DE LA CIUDAD CAMBIA RAPIDAMENTE.

POR MARIA DE LA PAZ GARCIA
La contracara de lo que la Ciudad de Buenos Aires "gana" con la creciente ola de construcción e inversión inmobiliaria es que sus 4 mil hectáreas van quedando chicas. La escasez de terrenos aptos para la edificación hace que, allí donde ayer había una casa, hoy se levanta una torre. De hecho, se derriban al menos dos casas por día.En el primer semestre de 2006, el Gobierno porteño aprobó casi el doble de metros cuadrados de obras que en el mismo período de 2005. Pero lo que se construyen mayoritariamente no son univiviendas, sino edificios. En setiembre de este año, la distribución de permisos por destino señala que las univiviendas (casas) representan el 13,3% y las multiviviendas el 66,6%. Hoy, según datos oficiales, la Ciudad tiene unos 755 mil departamentos y 240 mil casas: 30 mil más y 10 mil menos, respectivamente, que en 2001."Tomando en cuenta los datos de las empresas asociadas y las que no lo están, hoy se derriban entre 2 y 3 construcciones por día. La mayoría son casas", cuenta Miguel Angel Ippólito, presidente de la Cámara de Demoledores y Excavadores de la Argentina (CDERA).La ciudad se transforma mientras los edificios suman pisos y se acercan más al cielo. Un cielo que es, sin dudas, para unos pocos, porque el "boom" de la construcción pasa sobre todo por unidades suntuosas dirigidas a los sectores con capacidad de ahorro.Frente al avance de las torres y los reclamos de los vecinos de las Comunas que más cambian su fisonomía, el jefe de Gobierno, Jorge Telerman, decidió por decreto suspender por 90 días el otorgamiento de nuevos permisos de obras en seis barrios (Villa Urquiza, Palermo, Nuñez, Coghlan, Caballito y Villa Pueyrredón). Además, evaluarán la situación barrio por barrio. ¿Por qué se llegó a eso? Porque hasta que no se apruebe el proyecto del Plan Urbano Ambiental que lleva años en discusión, el planeamiento carece de un marco legal global.Una alta densidad de población en algunos barrios y una baja concentración en otros, son el resultado de la falta de planificación. Y es una tendencia que se sigue acentuando: más del 55% de las viviendas nuevas está concentrada en Puerto Madero (allí ya no quedan terrenos en venta), Caballito, Villa Urquiza, Palermo y Almagro. Son las zonas que están de moda, mientras que, por ejemplo, la sureña Comuna 8 (Villa Lugano, Villa Riachuelo y Villa Soldati) es uno de los lugares que el Instituto de Vivienda elige para construir para quienes no tienen acceso al crédito.Así como la puesta en valor de barrios como Barracas y La Boca es una de las cuentas pendientes de la Ciudad, entre los lineamientos para "una ciudad equilibrada" del proyecto de ley del Plan Urbano Ambiental está el de "localizar la nueva oferta de residencia en los subcentros barriales y en la zona Sur".Pero las normas vigentes, como el Código de Planeamiento, permiten el auge de torres. El Censo 2001 decía que del total de viviendas porteñas, 24% eran casas y 71%, departamentos. En 2005, las casas cayó al 20% y los departamentos subieron al 75%. Una tendencia que pide a gritos ser regulada.

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