Diario EL CIUDADANO, 9 de Septiembre de 2006
PREOCUPA LA CONSTRUCCIÓN DE EDIFICIOS DE ALTURA EN ROSARIO
Arquitectos y urbanistas dicen que el gran número de torres puede generar conflictos urbanísticos
La construcción de nuevos edificios en Rosario ya generó polémica. A partir de que se hiciera pública la presentación de un particular llamado Jorge Álvarez, el jueves pasado en la Defensoría del Pueblo, pidiendo que se inste a la Municipalidad “a no autorizar nuevos emprendimientos hasta tener un estudio fehaciente del impacto que produce en la vida urbana la superpoblación de torres”, ayer sumaron sus voces el presidente del Colegio de Arquitectos de Rosario y el decano de la Facultad de Arquitectura, Héctor Floriani, quien dijo que la urbe se encaminaba a una “densificación peligrosa” y que le preocupa “la ciudad que se ve en el horizonte”.Por su parte, el titular del colegio que nuclea a los profesionales de la arquitectura de Rosario, Emilio Farrugia, señaló que ante la cantidad de edificios que se están construyendo “es probable que desde la Municipalidad se tenga que empezar a planificar y revisar la tipología de los edificios de altura”. “Quizás sea importante estudiar la posibilidad de bajar las alturas de los edificios, así como también la necesidad de generar otros centros, esto es extender la construcción en la ciudad”, agregó el profesional haciendo alusión a la necesidad de construir en zonas que no sean el centro.En declaraciones a la prensa, Floriani explicó que para detener la construcción de edificios “primero habría que modificar la legislación vigente” porque las normas permiten el tipo de edificaciones que se están realizando. “Creo, en todo caso, que habría que adecuarlas a esta nueva realidad de la ciudad que se encamina hacia una densificación peligrosa”, sostuvo el arquitecto. “Considero conveniente la necesidad de tender hacia una densificación menor porque es preocupante la baja en la calidad de vida que esto produce. Para ello, es necesaria una nueva reglamentación para la construcción en el centro de la ciudad, nuevas reglas para nuevas construcciones”, continuó. Álvarez hizo la presentación en la Defensoría del Pueblo el 20 de agosto pasado y en ella sostiene que “partiendo del supuesto de que cada torre puede albergar una cantidad aproximada a 20 departamentos promedio, y que los 200 edificios en construcción totalizan 4 mil unidades habitacionales con un promedio de cuatro moradores cada una, esto significa un incremento de casi 15 mil personas en la zona céntrica, que se anexan a espacios ya recargados por el devenir urbano, con servicios casi al borde del colapso por falta de inversión”.“Esta superpoblación produciría una demanda de servicios que puede provocar un verdadero colapso”, mencionó en otro tramo de la presentación y añadió que “la mayor producción de basura en la zona y la superpoblación de vehículos” son factores negativos que también se deben tener en cuenta.En otra parte cita que “la Organización Mundial de la Salud determina 10 metros cuadrados de espacios verdes como mínimo por habitante” y que para satisfacer esa necesidad, con 15 mil personas nuevas, “se tendrían que habilitar por lo menos 15 plazas de una hectárea en la zona”, acción que Álvarez consideró “poco probable de poder llevarse adelante, especialmente por no existir esa cantidad de manzanas disponibles en una zona como la céntrica” . Finalizando, solicitó a la Defensoría –entre otras cosas– que “desde la Municipalidad se realicen los estudios y evaluaciones de impactos generales de las obras y que se requiera de las reparticiones provinciales competentes los informes y evaluaciones de cómo impactará esta nueva realidad en la provisión de los servicios que la misma presta y si se han previsto las obras necesarias para cubrir estas demandas”.Además, “que el municipio se abstenga de autorizar nuevas construcciones antes de haberse cumplimentado las obligaciones legales que corresponden, que se realicen todas las gestiones pertinentes a los fines de dar una solución a la problemática planteada”, y que “se traslade la presentación también a las facultades de Arquitectura y Urbanismo, al Colegio de Arquitectos de la jurisdicción y a toda otra institución que a criterio de la Defensoría entienda como pertinente”.
La construcción de nuevos edificios en Rosario ya generó polémica. A partir de que se hiciera pública la presentación de un particular llamado Jorge Álvarez, el jueves pasado en la Defensoría del Pueblo, pidiendo que se inste a la Municipalidad “a no autorizar nuevos emprendimientos hasta tener un estudio fehaciente del impacto que produce en la vida urbana la superpoblación de torres”, ayer sumaron sus voces el presidente del Colegio de Arquitectos de Rosario y el decano de la Facultad de Arquitectura, Héctor Floriani, quien dijo que la urbe se encaminaba a una “densificación peligrosa” y que le preocupa “la ciudad que se ve en el horizonte”.Por su parte, el titular del colegio que nuclea a los profesionales de la arquitectura de Rosario, Emilio Farrugia, señaló que ante la cantidad de edificios que se están construyendo “es probable que desde la Municipalidad se tenga que empezar a planificar y revisar la tipología de los edificios de altura”. “Quizás sea importante estudiar la posibilidad de bajar las alturas de los edificios, así como también la necesidad de generar otros centros, esto es extender la construcción en la ciudad”, agregó el profesional haciendo alusión a la necesidad de construir en zonas que no sean el centro.En declaraciones a la prensa, Floriani explicó que para detener la construcción de edificios “primero habría que modificar la legislación vigente” porque las normas permiten el tipo de edificaciones que se están realizando. “Creo, en todo caso, que habría que adecuarlas a esta nueva realidad de la ciudad que se encamina hacia una densificación peligrosa”, sostuvo el arquitecto. “Considero conveniente la necesidad de tender hacia una densificación menor porque es preocupante la baja en la calidad de vida que esto produce. Para ello, es necesaria una nueva reglamentación para la construcción en el centro de la ciudad, nuevas reglas para nuevas construcciones”, continuó. Álvarez hizo la presentación en la Defensoría del Pueblo el 20 de agosto pasado y en ella sostiene que “partiendo del supuesto de que cada torre puede albergar una cantidad aproximada a 20 departamentos promedio, y que los 200 edificios en construcción totalizan 4 mil unidades habitacionales con un promedio de cuatro moradores cada una, esto significa un incremento de casi 15 mil personas en la zona céntrica, que se anexan a espacios ya recargados por el devenir urbano, con servicios casi al borde del colapso por falta de inversión”.“Esta superpoblación produciría una demanda de servicios que puede provocar un verdadero colapso”, mencionó en otro tramo de la presentación y añadió que “la mayor producción de basura en la zona y la superpoblación de vehículos” son factores negativos que también se deben tener en cuenta.En otra parte cita que “la Organización Mundial de la Salud determina 10 metros cuadrados de espacios verdes como mínimo por habitante” y que para satisfacer esa necesidad, con 15 mil personas nuevas, “se tendrían que habilitar por lo menos 15 plazas de una hectárea en la zona”, acción que Álvarez consideró “poco probable de poder llevarse adelante, especialmente por no existir esa cantidad de manzanas disponibles en una zona como la céntrica” . Finalizando, solicitó a la Defensoría –entre otras cosas– que “desde la Municipalidad se realicen los estudios y evaluaciones de impactos generales de las obras y que se requiera de las reparticiones provinciales competentes los informes y evaluaciones de cómo impactará esta nueva realidad en la provisión de los servicios que la misma presta y si se han previsto las obras necesarias para cubrir estas demandas”.Además, “que el municipio se abstenga de autorizar nuevas construcciones antes de haberse cumplimentado las obligaciones legales que corresponden, que se realicen todas las gestiones pertinentes a los fines de dar una solución a la problemática planteada”, y que “se traslade la presentación también a las facultades de Arquitectura y Urbanismo, al Colegio de Arquitectos de la jurisdicción y a toda otra institución que a criterio de la Defensoría entienda como pertinente”.
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